Ser artista no paga, es lo que creen las familias, y los artistas van creciendo con esta idea.
El artista va trabajando fuertemente para encontrar un momento en que finalmente alguien decida que su arte es valioso, y le pague por el.
Finalmente alguien le paga al artista. Entonces el artista se enfrenta a este hecho, y se transforma su percepción. Mi arte no es arte, Es trabajo porque me pagan por el. Debo hacer lo que los que pagan quieren, por eso no es arte.
El artista ahora no quiere que le paguen, le gustaría hacer arte por el arte, no porque le paguen por el.
Llevo seis siete años haciendo fotos de forma profesional, y muchas veces he sentido la necesidad de dejar la cámara atrás en mis paseos familiares. La cámara es mi herramienta de trabajo, no es algo para llevar en un paseo familiar. Paradojico.